Combustibles renovables
Los combustibles renovables o ecocombustibles son combustibles que no tienen un origen fósil. Proceden de materias primas como residuos orgánicos no alimentarios o el hidrógeno renovable y el CO2 capturado.
Los combustibles renovables surgen como una búsqueda de de soluciones más sostenibles para reducir las emisiones del transporte. Y, como era de esperar, se han posicionado como una alternativa prometedora para la descarbonización del transporte.
A pesar de que todavía son bastante desconocidos para muchos, su potencial es indudable y ofrecen numerosas ventajas en términos de sustentabilidad y reducción de emisiones.
¿En qué se parecen los combustibles renovables a los tradicionales?
A primera vista, los combustibles renovables se asemejan a los carburantes tradicionales en varios aspectos:
- Se pueden utilizar en los vehículos actuales, es decir, son compatibles con los motores de combustión actuales.
- Ofrecen prestaciones similares a los combustibles tradicionales con la misma fiabilidad.
- Comparten estructura de suministro con los combustibles tradicionales, por lo que el repostaje de vehículos se realiza desde los mismos surtidores. Lo que facilita su integración en la infraestructura de distribución existente.
Sin embargo, aquí es donde terminan las similitudes y comienzan las diferencias más importantes.
¿En qué se diferencian?
La principal característica que distingue a los combustibles renovables, es su origen a partir de materias primas renovables, como aceites vegetales usados, residuos de la industria agroalimentaria o hidrógeno renovable.
Estos materiales no solo son abundantes, sino que también se caracterizan por su capacidad de regeneración, a diferencia de los combustibles fósiles. Al utilizarlos como base para la fabricación de carburantes, se logra reducir significativamente la dependencia de los recursos no renovables y disminuir el impacto ambiental asociado.
Además, los combustibles renovables cumplen su función sin agregar más dióxido de carbono (CO₂) a la atmósfera.
Según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), el carbono emitido durante su combustión se compensa con el carbono previamente capturado durante su producción. Esto significa que, la huella de carbono de estos combustibles es cero, lo que los convierte en una opción altamente deseable para mitigar el cambio climático y cumplir con los objetivos de reducción de emisiones.
¿Dónde encontrarlos?
En la actualidad, las gasolinas y los gasóleos contienen por ley más de un 10% de carburante renovable, y se espera que este porcentaje aumente al 12% para el año 2026.
Según la AOP, por cada punto porcentual renovable que se añade a los carburantes, se evita la emisión de 800.000 toneladas de CO₂ a la atmósfera. Esta reducción es equivalente a la matriculación de 400.000 vehículos eléctricos, lo que demuestra el impacto positivo de los combustibles renovables en la lucha contra el cambio climático.
Es importante destacar que los combustibles renovables no son solo una quimera o una idea futurista, sino una realidad tangible y disponible en la actualidad.
Estos carburantes ya están presentes en todas las estaciones de servicio y se utilizan en los motores de los vehículos actuales. La infraestructura de distribución y repostaje es la misma que la de los carburantes convencionales, lo que facilita su adopción y asegura una transición fluida hacia fuentes de energía más sostenibles.
En resumen, los combustibles renovables representan una solución complementaria prometedora para reducir las emisiones del transporte.
Fabricados a partir de materias primas renovables y sin añadir CO₂ adicional a la atmósfera, ofrecen una alternativa sostenible y con una huella de carbono nula. Con su compatibilidad con los motores actuales y su integración en la infraestructura existente, estos carburantes tienen el potencial de desempeñar un papel importante en la transición hacia un transporte más limpio y respetuoso con el medio ambiente.
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